top of page

Bien nuestro

 

 

Fue al principio de los años 70, durante los meses que viví en San Telmo. Me quedé inmóvil frente al Viejo Almacén, el boliche tanguero que había abierto una leyenda del Tango: 

Edmundo Rivero, y el cartel lo anunciaba acompañado del conjunto de guitarras del maestro

Roberto Grela. El edificio ya me había llamado la atención en la época que era una taberna

rusa llamada El Volga.

¿Sabés quién es Grela? me pregunto el hombre que limpiaba la entrada. Si, contesté, la respuesta parecía obvia, un guitarrista de Tango, me miró y dijo: No! hizo una pausa y dijo: es El guitarrista del Tango, lo máximo!

Pero alguien pasó y me dijo: ¡Esto es solo pa’ los turistas, pibe! Al final no fui, eran tiempos de dictadura y Rock’n Roll.

De haber entrado me habría dado cuenta de que una de las “guitarras” era en realidad un guitarrón, instrumento que desconocia y que terminaria descubriendo mas de 25 años después. En las semanas que siguieron uno de los guitarristas del grupo, Ciro Pérez, que acompañó a Grela en su disco solista, reemplazo a Grela mientras este estaba enfermo para luego embarcarse rumbo a Francia donde grabaría junto a su discípulo Vidal Rojas “Hommage à Roberto Grela”, llamado “Tango pour deux guitares” por la compañía grabadora.

Muchos años después, en la ciudad de Toulouse, la oportunidad de descubrir el mundo de

la guitarra tanguera volvió a presentarse, un amigo, en su francés aproximativo, me presento a Vidal Rojas diciéndome: “Ah, lui connait!” y comencé a tocar este instrumento casi desaparecido: el guitarrón. Junto a los hermanos Saraniche formamos el grupo Ganzúa, que ya habia grabado el disco “Buenos Aires del Garona” bajo el nombre de Ganzúa Trio y así comenzó todo.

Hoy seguimos en la tradición del maestro Grela, pero con nuevas armonías. Junto al bandoneonísta Hubert Plessis “el bretón del tango” iniciamos una nueva aventura sonora

que aquí les presentamos.

bottom of page